En el principio. Anat Sejmet 2019 Cuento


Mi padre era el más rápido encendiendo un fuego de todos los aldeanos, lo había aprendido de mi abuelo y el a su vez de su abuelo quien se dice que lo había aprendido de los hombres de las estrellas.
Poco cambiaba año tras año, si bien algunos años las cosechas eran peores que otras, hacia ya varios años que los granjeros habían aprendido a acopiar y a estar armados y prevenidos de los permanentes robos y ataques de los bárbaros del desierto, hombres que comían solo carne recién muerta y no sabían como comer vegetales o granos. Sus ataques y robos sólo hacían daño matando el ganado y las mascotas. Estos ataques comenzaron hace varias décadas y comenzaron siendo esporadicos hasta convertirse en periódicos, cada vez más organizados y cada vez más rabiosos, parece como si el tiempo que nosotros dedicábamos a preguntarnos de dónde venimos y dónde podíamos reencontrar a esos seres estelares que enseñaron a nuestros antepasados la agricultura, como controlar el fuego y entender a las estrellas, ellos lo dedicasen a desarrollar una envidia sanguinaria para con nosotros. Fue entonces que el consejo de ancianos decidió reclutar a los jóvenes en una milicia para buscarlos a los hombres chacales que eran como los conocíamos en sus guaridas, y fue ahí que aprendimos el arte de matar o morir, y que cuando el odio es ciego e irracional tu compasión se vuelve irrelevante 

Borrador constitución de Valparaiso